- Se debe garantizar que no se haya incurrido en violaciones al artículo 3º de la Constitución
El proceso de elaboración de los libros de texto gratuitos de educación básica para el ciclo escolar 2023-2024 debe ser repuesto en su totalidad para garantizar el Interés Superior de la Niñez y que el contenido del material educativo esté apegado a los procedimientos previstos en la Ley General de Educación (LGE).
En la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), reconocemos el trabajo de la jueza Tercera de Distrito en Materia Administrativa, Yadira Medina Alcántara quien concedió una suspensión definitiva al amparo promovido por la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) contra la impresión de las obras.
Si bien la decisión no suspende la producción de los textos, sí instruye a la Secretaría de Educación Pública (SEP) y a la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito (Conaliteg) a certificar que se cumplieron los pasos legales previstos, lo que abona a los esfuerzos ciudadanos para proveer educación de calidad a la niñez.
En Coparmex consideramos que las modificaciones realizadas a los libros de texto por parte de las autoridades escolares, sin la observancia de la sociedad, apuntan al fracaso educativo de México al no considerar a los expertos y anteponer la ideologización con intereses políticos sobre el interés por la formación de nuestros niños y niñas en todo el país.
El rediseño de los libros de texto que son fundamentales en todas las escuelas públicas y privadas incrementa la pérdida de aprendizajes pues de acuerdo con la Universidad Iberoamericana, durante la pandemia, la proporción de alumnos de primaria en nivel insuficiente en lenguaje y comunicación subió de 49.1 a 70.2 por ciento y en matemáticas se incrementó de 59.1 a 78.3 por ciento. Estamos todos obligados a considerar estas condiciones en el contenido de los libros de texto.
Es alarmante que se deje de lado la investigación científica sobre aprendizaje y cognición. Un ejemplo de ello es que los contenidos científicos que pudieran haber en los programas de estudio se equiparan a las creencias populares encaminando a los alumnos a que dichas creencias sean la base para formar sus criterios y tener éxito validando temas como: la discriminación a la mujer, usos autoritarios, noticias falsas, entre otras.
También resulta grave la reducción en la importancia y peso de las matemáticas en los programas de estudio ya que en primaria desaparece como asignatura y sus contenidos se diluyen en un campo que integra física, biología y química, donde las escuelas pueden decidir si ocupan lo que les guste del plan de estudios sin tomar en cuenta la diferencia de cada alumno. Más aún, en secundaria no queda claro cómo se organiza la docencia por asignaturas con los campos del conocimiento.
Lo anterior constituye no sólo una afectación a la niñez sino también al cuerpo docente, ya que deben ser los maestros quienes construyan o diseñen un currículo propio y no el que describan los planes y programas nacionales; se debe hacer en cuatro campos formativos y siete ejes transversales que se deben cruzar adaptándose en función de lo que vean y vivan en su comunidad y es claro que no existe la preparación para ello, además de ser mucho el tiempo requerido para iniciar un trabajo de esta índole.
Ante este panorama, desde Coparmex reiteramos la necesidad de reponer el proceso de elaboración que se realizó de manera poco transparente con evidentes intereses políticos, pues es necesario garantizar una educación científica, laica y libre de ideologías, tal como lo proponemos en la Dimensión Social del Modelo de Desarrollo Inclusivo (MDI), donde hacemos énfasis en la necesidad de que exista un sistema educativo de calidad que ponga a los niños al centro. La educación de los niños y niñas debe seguir siendo una prioridad nacional.
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