- El decreto oficial de la OMS que pone fin a la emergencia sanitaria no significa que la humanidad esté fuera de peligro. Debemos permanecer vigilantes
- Es necesario que COFEPRIS emita autorizaciones completas para vacunas y tratamientos de COVID para mejorar el acceso a todos los mexicanos y evitar nuevos brotes.
- Ante el riesgo de nuevas pandemias, necesitamos fortalecer y mejorar nuestro sistema de salud.
El pasado 5 de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó el fin de la emergencia sanitaria global por COVID19. Enfatizó que a pesar de que los casos de fallecimientos y enfermedades graves han disminuido, el virus SARS-CoV-2 sigue y seguirá circulando, por lo que es necesario permanecer vigilantes. Adicionalmente, hizo un llamado a que se lleve a cabo una reflexión profunda para incorporar los aprendizajes de la pandemia hacia la construcción de sistemas de salud más resilientes.
Por su parte, el Gobierno de México anunció en el mismo sentido el fin de la emergencia mediante la firma de un decreto por parte del titular del Ejecutivo Federal este martes.
Desde la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) hacemos eco al llamado para contar con un plan de largo plazo. No es momento de bajar la guardia sino de aprender de las lecciones que dejó la emergencia para garantizar la no repetición de errores, y lo más importante, abocarnos a construir un sistema de salud resiliente y fortalecido que nos permita enfrentar con efectividad las enfermedades infecciosas del futuro para evitar al máximo posible la pérdida de vidas.
En nuestro país, según datos oficiales, el manejo de la pandemia tuvo como saldo final 650 mil fallecidos, el cierre definitivo de por lo menos 1.6 millones de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyMEs) y un aumento estimado de 3.8 millones de personas en condición de pobreza.
Las cifras, dadas a conocer por la OMS, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), revelan que luego de tres años y tres meses de una dolorosa experiencia, el impacto económico, social y sanitario de la COVID en el gobierno y las empresas en México, fue severo.
Es importante señalar que el decreto oficial del fin de la emergencia no significa que la población esté fuera de peligro, sino que tenemos que estar conscientes de que el virus seguirá presente en nuestras vidas, que aún puede generar fallecimientos y continuará mutando, lo que mantiene latente el riesgo de que surjan nuevas variantes que provoquen el incremento en el número de casos en el futuro.
Dentro de los elementos clave a nivel internacional que permitieron contener la emergencia por COVID fue el desarrollo de vacunas y tratamientos para la enfermedad, mismos que obtuvieron autorización para su uso en emergencia por las autoridades sanitarias como la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).
Ante el fin de la emergencia, la recomendación que hace COPARMEX es que COFEPRIS emita autorizaciones definitivas para asegurar la accesibilidad de las mejores vacunas y tratamientos disponibles tanto para el sistema de salud público como el privado y con ello evitar nuevos brotes de COVID-19. Debe permitirse a los ciudadanos acceder ya sea en los hospitales públicos, privados o en las farmacias a las mejores vacunas con que se cuenta a nivel internacional. Es imprescindible garantizar el derecho de los ciudadanos a decidir sobre su salud.
Por otro lado, sabemos que desafortunadamente la COVID-19 no será la última emergencia sanitaria global que enfrentaremos como humanidad, vendrán nuevas enfermedades que volverán a poner a prueba nuestros sistemas de salud, de ahí la importancia de avanzar en la construcción de sistemas de salud resilientes. Se cuenta con las herramientas y la tecnología para preparar a la población ante la aparición de otras pandemias; para detectarlas a tiempo, dar atención inmediata, mitigar su impacto y evitar escenarios como el que vivimos del 2019 al 2023. En COPARMEX consideramos que el personal médico y de enfermería es clave, no debe volver a ser dejado a su suerte, son la primera línea de batalla y requieren todo el respaldo y garantías para desarrollar su labor vital. En ellos reside un factor clave para contar con un sector salud como al que se aspira.
Ante el anuncio en México de un decreto signado por el Ejecutivo Federal apenas el 8 de mayo para poner fin a la emergencia sanitaria declarada en 2020, es importante mencionar que, en el manejo de la pandemia en la nación, fueron evidentes las carencias en materia de detección temprana y seguimiento de casos; en materia de comunicación hacia la población y en acceso oportuno a medicamentos y vacunas, solo por mencionar algunos. Estas deficiencias llevaron a que el impacto para la población y la economía nacional fuera más severo que el de otros países.
Por ello, al tratarse de la salud y la vida de millones de personas, el aprendizaje es que no hay ni debe volver a haber cabida para la improvisación; las autoridades deben ser las primeras en conducirse con sensatez, prudencia y ser ejemplo para la prevención.
Es momento de poner manos a la obra y entre todos fortalecer el sistema de salud mexicano en su conjunto, tomando en cuenta las capacidades que se tienen tanto en el sistema público como en el privado, bajo una coordinación y rectoría del Estado.
En la dimensión social del Modelo de Desarrollo Inclusivo (MDI) que proponemos en COPARMEX, planteamos que para tener una vida digna y alcanzar un Estado de Bienestar, es fundamental asegurar la salud, la pensión y la vivienda para todas las personas, por lo que es necesario que exista un acceso universal a la salud a través de sistemas públicos, privados y sociales, con visión solidaria, incluyente y de calidad que propicie la cohesión y movilidad social. La tarea es de todos.
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