Monterrey, NL. 19 de junio de 2020.
Estimados asambleístas y consejeros, autoridades, líderes empresariales y dirigentes sindicales que nos acompañan. Estimados presidente y secretario de Coparmex Nacional, amigos todos, muy buenos días tenga cada uno de ustedes.
Con gran orgullo he aceptado la responsabilidad y el honor que esta mañana me confirió el Consejo Directivo para presidir el Centro Patronal de Nuevo León. Lo asumo consciente de lo que recibo y con total claridad de las expectativas que se tienen de cara al futuro.
Quiero comenzar mi mensaje felicitando y brindando un muy merecido reconocimiento a Federico, por la gran labor realizada en estos tres años al frente de Coparmex Nuevo León. Como vicepresidente de su Consejo, fui testigo del compromiso y el profesionalismo con los que siempre se condujo al frente de esta institución y de los diversos desafíos que esta posición le implicó durante este tiempo.
Igualmente, quiero reconocer a todos los consejeros que lo han acompañado en esta aventura. Gracias por su entrega desinteresada y por lo que alcanzaron juntos.
Me entusiasma asumir el liderazgo de Coparmex Nuevo León, una organización vibrante y dinámica, tanto por sus principios y valores, como por su gente y sus proyectos.
En noviembre pasado, cuando celebrábamos el 90 aniversario de Coparmex, recordábamos nuestra razón de ser, que no es otra que la representación y defensa de los legítimos intereses de la libre empresa.
Desde siempre, en la Coparmex nos hemos caracterizado por ser la conciencia del empresariado, función que cobra especial importancia en tiempos de alta confusión y polarización, como los que vivimos ahora.
En México, la falta de oportunidades y la desigualdad social existían mucho antes de la pandemia que actualmente nos aqueja.
Sin embargo, la llegada del coronavirus, aunada a la inacción del gobierno federal para proteger las fuentes de empleo, solo agrava el problema. Propuestas como la del salario solidario y más recientemente la del Seguro Solidario y el Bono Solidario, que impulsamos desde Coparmex, continúan —desafortunadamente— sin respuesta por parte de las autoridades federales.
Tan sólo en los meses de abril y mayo, en nuestro país se perdieron más de 1 millón de empleos formales, un promedio de 8 empleos cada minuto.
Por otro lado, la población mexicana que vive en pobreza extrema se incrementará en más de un 50%, pasando de 11 a 17 millones de personas en 2020.
Es también previsible que la inseguridad que impera en el país empeore como resultado del aumento en las tasas de desempleo.
Por otro lado, recientes movimientos sociales en diferentes ciudades del país, instigados por oscuros intereses, parecieren tener como único objetivo la desestabilización y confrontación del país complicando aún más el difícil entorno por el que transitamos.
Toda esta problemática puede complicarse aún más si permitimos que el fenómeno político global del populismo, las retóricas nacionalistas y polarizantes que exacerban el descontento social, sin ofrecer soluciones asequibles, continúen avanzando ante la mirada preocupada pero inactiva de la gran mayoría de los ciudadanos.
La situación actual nos presenta un camino sinuoso. Sin embargo, estoy seguro de que podremos transitarlo juntos, hasta lograr cambiar de rumbo. Sin alarma, pero con realismo, hay que decir, que hoy más que nunca, es imperativo participar.
Es el momento de poner a México como nuestra prioridad número uno y para ello, debemos hacer a un lado nuestras diferencias ideológicas, políticas o personales, y ser capaces de construir a partir de lo que nos une, por encima de lo que nos separa.
Debemos comprometernos a un fin que vaya más allá de nuestros beneficios personales o grupales, para crear juntos una agenda nacional, que todos podamos hacer propia.
Tenemos que utilizar los medios de comunicación para hacernos más notables y lograr comunicar, con claridad y sencillez, el rol insustituible que la libre empresa tiene en la creación de empleos y bienestar para la sociedad. Por ello, no podemos ya seguir manteniendo un bajo perfil ante los embates que todos los días se lanzan en su contra.
Decía Martin Luther King que “…lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos”. Lo que hagamos o dejemos de hacer hoy, determinará dónde estaremos en los lustros por venir.
En Nuevo León deberemos seguir trabajando para mantener la armonía y paz laboral que nos caracteriza, en favor del bienestar de los trabajadores, sus familias y de la competitividad de las empresas.
Deberemos atender los cambios laborales derivados de las reformas a la Ley Federal del Trabajo y adecuarnos al nuevo entorno internacional, sobre todo para poder aprovechar y potenciar los beneficios del T-MEC, y cumplir con sus regulaciones.
Es imperativo que en los comicios que celebraremos en nuestro país el año entrante participemos todos de manera responsable e informada. Debemos proteger nuestra democracia, nuestra libertad y el valor de la libre empresa a como dé lugar.
México debe ser un país donde impere la legalidad, y en el que las reglas se respeten en todos los niveles y en todos los ámbitos.
Dado estos requerimientos, el sector empleador necesitará apoyo para hacer frente a los retos que se le presentan. En Coparmex queremos ser el mejor aliado para nuestros asociados y por ello, buscaremos enfocar nuestros esfuerzos en 4 ejes temáticos para impulsar al sector empleador en Nuevo León.
Como primer eje atenderemos el “Entorno y las nuevas condiciones laborales”. Tenemos que reconocer que las reglas del juego han cambiado y que ello implicará ajustarnos a esta nueva realidad.
La reforma a la Ley Federal del Trabajo y la nueva normatividad en seguridad social, nos obligarán a que todos trabajemos de manera estrecha y coordinada, buscando siempre la preservación de un ambiente de armonía laboral, condición necesaria para mantener las fuentes de trabajo existentes y crear los nuevos empleos que tanto se requieren en nuestro país.
El siguiente eje es el de la “Reactivación ordenada y el desarrollo económico”. Es claro que nos enfrentamos a nuevos paradigmas en el ámbito económico, social y sanitario. La nueva normalidad nos requerirá a todos actuar con la mayor flexibilidad y prudencia, a fin de que no vayamos a tener peligrosos retrocesos.
La recuperación económica en México será lenta y complicada. En Nuevo León, sin embargo, debemos aprovechar las características y ventajas de nuestra región para impulsar la inversión y la creación de empleos dignos, que sabemos son el mayor bienestar que podemos brindar a nuestra sociedad.
Lo que nos lleva al tercer eje: “Cumplimiento y aprovechamiento del T-MEC”.
Deberemos estar bien informados y coordinados ante la entrada en vigor del T-MEC, este próximo primero de julio. Tenemos una posición privilegiada para generar nuevas oportunidades y potenciar las cadenas de valor de nuestros vecinos del Norte, sobre todo, considerando los problemas que están teniendo con las cadenas de suministro chinas.
Como cuarto eje hemos definido el “Estado de derecho y la certidumbre jurídica”. Si queremos impulsar la inversión en el país y acelerar el crecimiento, es imperativo trabajar en esto.
No podemos seguir disparándonos al pie. No se pueden seguir presentando casos como el de Constellation Brands, en el que se canceló —mediante una consulta popular impulsada por el presidente— una instalación industrial en Mexicali, cuya inversión ascendía a 1,400 millones de dólares.
O como el más reciente revés a las energías limpias, que sin duda trastoca la confianza al cambiar repentinamente las reglas del juego bajo las cuales se planearon y ejecutaron cuantiosas inversiones.
Ejemplos sobran, y el daño es enorme, no solo por los proyectos cancelados, sino por aquellos que ni siquiera se contemplarán como resultado de la pérdida de confianza.
Por ello, en Coparmex seguiremos trabajando para impulsar y fortalecer una cultura de la legalidad que brinde mayor certeza jurídica.
Estos cuatros ejes recibirán todo nuestro apoyo, pues estamos convencidos que, a través del trabajo enfocado en estos temas, impulsaremos el crecimiento de Nuevo León y —junto con nosotros— el del resto del país.
Todo lo anterior debe enmarcarse en la urgencia de impulsar la economía formal en México. Más que combatir la informalidad, debemos de encontrar la manera de incentivar la transición hacia la formalidad. Ser una empresa formal debe ser más atractivo y sencillo que no serlo.
México necesita MÁS y MEJORES EMPRESAS. El bienestar de los mexicanos y sus familias sólo puede alcanzarse a través del trabajo digno, y solo la empresa libre es capaz de generarlos de manera eficiente y en los números que se requieren.
En Coparmex Nuevo León trabajaremos sin descanso y hasta el límite de nuestras capacidades para cumplir con los objetivos trazados. Para hacerlo, necesitamos una Coparmex Nuevo León fuerte. Y la fortaleza no se encuentra en su presidente o en su Consejo. La fortaleza radica esencialmente en sus agremiados.
Por ello, quiero concluir invitándolos a no dejar en terceros la responsabilidad que tenemos de participar y a invitar a otros empresarios a sumarse a nuestra organización. Seamos referencia de decisión y de acción. En Coparmex Nuevo León estamos para darles voz, apoyarlos y representarlos.
¡SIGAMOS SIENDO ORGULLOSAMENTE DEFENSA Y CONCIENCIA DEL EMPRESARIADO!
Muchas gracias.