Representantes de Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y seis países europeos (España, Inglaterra, Francia, Países Bajos, Italia y Alemania) sostuvieron conversaciones conjuntas para discutir sus preocupaciones sobre la política energética de México.
Aunque fue una reunión privada y no se saben los detalles de la misma, los comentarios que se dieron en dichas conversaciones coinciden plenamente con las preocupaciones de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX).
Estas preocupaciones abarcan los principales puntos de la agenda que el Sector Patronal trabaja con las autoridades del Gobierno Federal encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador: incertidumbre jurídica y falta de reglas claras, eficientes y transparentes, lo que también preocupa a los países que sostuvieron conversaciones.
La preocupación principal se centra en el constante cuestionamiento de contratos por parte del Gobierno Federal contra las compañías extranjeras, argumentando que fueron ventajosos para dichas empresas y que dañan la economía nacional.
Sin embargo, para la COPARMEX, la falta de respeto a dichos contratos y la solicitud de un arbitraje internacional -como sucedió en el caso de los gasoductos-, está minando la confianza en la inversión.
La política energética del actual Gobierno Federal está centrada en fortalecer a Petróleos Mexicanos (PEMEX) y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), considerándolos como eje de la soberanía nacional, pero obstaculizando los permisos actuales y nuevos permisos para las compañías privadas.
Aunque el Gobierno actual no lo acepta formalmente, la Secretaría de Energía (SENER) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE) han externado lo anterior en diferentes reuniones sostenidas con la Iniciativa Privada (IP), e incluso, han modificado resolutivos para beneficiar a PEMEX y a CFE, como en el caso de la regulación asimétrica.
Ante este escenario, los representantes de EE.UU., Canadá, la UE y seis países europeos, analizaron cuál es la mejor forma en la que deberían comunicar sus quejas al mandatario mexicano, para que no sienta que lo están presionando y termine adoptando un enfoque más rígido.
En este sentido, se ha visto que cuando los gobiernos extranjeros, a través de las embajadas, hacen declaraciones, el presidente de México, cede un poco en su postura para no causar conflicto con dichas naciones.
Las compañías extranjeras están recurriendo a sus embajadas para que les ayuden a subir estos temas a un nivel diplomático, debido a que el Gobierno actual ha implantado una política hostil contra el capital privado, además de que las organizaciones empresariales no han podido interceder en la actual administración.
El presidente ha señalado que los contratos generados durante la Reforma Energética no han tenido resultados, lo cual es equivocado ya que este tipo de proyectos son generalmente a largo plazo, porque se trata de infraestructura.
Si tomamos en cuenta que las inversiones que han hecho las compañías, tienen su origen en fondos de pensiones de América del Norte y en Europa, al generarse incertidumbre y cambio de reglas, los compromisos de pago ya no son tan redituables y pueden afectar a los pensionados.
En la COPARMEX consideramos que la política energética impulsada por López Obrador ha contribuido directamente a la desaceleración de la economía, al generar incertidumbre y obstaculizar nueva inversiones millonarias, mismas que aportarían los puntos porcentuales que le faltan a la economía nacional.