- Las reformas constitucionales en materia de derechos humanos deben ser fruto del consenso y deben enfocarse en fortalecer y ampliar el alcance de las instituciones.
- Desaparecer o pretender debilitar a la CNDH, sería un grave retroceso que daría la espalda a las víctimas, pues sería destruir una institución producto de luchas ciudadanas de décadas.
- La CNDH tiene como rasgo fundamental su autonomía y no debe responder a ningún poder del estado.
En la Confederación Patronal de la República Mexicana, COPARMEX, manifestamos nuestro desacuerdo con la propuesta de la titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra, de transformar el organismo autónomo en la “Defensoría Nacional de los Derechos del Pueblo”.
La CNDH se creó con la convicción de defender a los ciudadanos ante los abusos de la autoridad y un rasgo fundamental ha sido su autonomía e independencia para llevar a cabo sus funciones sin interferencia directa de cualquier poder del Estado. Esta autonomía es crucial para garantizar que pueda actuar de manera imparcial y efectiva en la defensa de los derechos humanos. Cuando quien dirige uno de los órganos autónomos responde a intereses de un poder, se pierde su autonomía y hay omisiones en los procesos que terminan dañando a la institución y a las víctimas.
Esta propuesta resulta preocupante tomando en cuenta el contexto de la renuncia de todos los integrantes del Consejo Consultivo de la CNDH que ocurrió en octubre del año pasado cuando estos argumentaron descalificaciones y ataques por parte de la presidencia del organismo, que además, ignoraba deliberadamente sus comentarios. Preocupa que un organismo encargado de velar por los derechos humanos de los mexicanos sea utilizado con motivos políticos y deje de lado su labor constitucional.
En México tenemos una grave crisis de derechos humanos. De acuerdo con el Informe Mundial 2024 publicado por Human Rights Watch, el 90% de los delitos nunca se denuncian y de los que sí se denuncian, un tercio no son investigados. También es importante mencionar que, de acuerdo a la organización Reporteros Sin Fronteras, en 2023, México se situó como el segundo país más peligroso para ejercer el periodismo, solo detrás de Palestina.
Además, durante el año pasado, la oficina para los derechos humanos de las Naciones Unidas en nuestro país documentó el asesinato de al menos trece personas defensoras de las libertades fundamentales. En el contexto de violencia que vive el país, Amnistía Internacional señaló que casi 11 mujeres son asesinadas cada día. Y el Informe General del Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos, señala que solo el 6% de las desapariciones forzadas en México se han judicializado; esto deja un gran margen de impunidad en uno de los delitos más sensibles en el país.
Es indudable que la CNDH juega un papel crucial en la protección de los derechos humanos en México y ha sido fundamental en la denuncia de violaciones a estos, emitiendo recomendaciones para mejorar las prácticas y políticas gubernamentales en gobiernos anteriores. Por ello, en lugar de reducir su margen de acción, lo que urge es fortalecerla institucionalmente para que cumpla con su deber de protección a la ciudadanía. Es inaceptable el silencio que la CNDH ha guardado en los últimos años.
Desde COPARMEX consideramos que cualquier reforma constitucional en materia de derechos humanos debe ser fruto del consenso y debe enfocarse en fortalecer y ampliar el alcance de la CNDH, iniciando por ciudadanizar el proceso de elección de su titular y promoviendo la inclusión de representantes de la sociedad civil y el sector privado.
Como parte del Modelo de Desarrollo Inclusivo que impulsamos para México, en COPARMEX siempre defenderemos los principios básicos como la conservación de los organismos autónomos, el respeto a la división de poderes y el apego total a la Constitución y a las leyes que de ella emanan. En eso creemos, porque son sustento para la construcción de un mejor país. No se debe dar ni un paso atrás en la defensa de la democracia y en el respeto a los derechos humanos.