En Coparmex Nuevo León manifestamos nuestra preocupación y hacemos un extrañamiento por el clima de descalificaciones y señalamientos entre integrantes del Poder Legislativo y Ejecutivo, que nos distrae de los verdaderos retos y urgencias que tenemos como estado.
Una de esas urgencias es concluir la implementación de la Reforma Laboral; para ello, es necesaria la aprobación del proyecto de ley que crea el Centro de Conciliación Local en el Estado de Nuevo León, que se encuentra en manos del Congreso del Estado.
La Constitución de nuestro estado, en su artículo 85 fracción XXII, estipula que es facultad de los sectores productivos proponer la terna al gobernador del estado, para que de ella se designe al director general del Centro de Conciliación Laboral; por lo que la Constitución no requiere de modificación alguna ni que, mucho menos, el Congreso del Estado politice un proceso que deriva del consenso de los sectores, así como de compromisos internacionales que se deben cumplir.
En este sentido, hacemos un llamado a los diputados que integran esta LXXVI Legislatura, para que aprueben, sin dilación, dicho proyecto surgido del acuerdo tripartita de los principales actores del sector productivo.
Este es un ejemplo de temas de enorme trascendencia para el estado que ya cuentan con el acuerdo de los sectores productivos involucrados y que corren el riesgo de ser politizados por el ambiente de confrontación que se ha generado.
Los sucesos de los últimos días, incluyendo las iniciativas relacionadas con la Unidad de Inteligencia Financiera y Económica y el SAT estatal, invaden atribuciones del Ejecutivo estatal claramente definidas en nuestra Constitución.
De igual forma, preocupa que desde el Poder Ejecutivo se aliente a que alcaldes y legisladores enfoquen sus energías y tiempo a definir su afiliación política, cuando fueron elegidos para trabajar por sus representados, creando un ambiente de inestabilidad en la integración del Congreso.
Nuevo León aún tiene grandes áreas de oportunidad: vivimos una sequía histórica; nos encontramos en una fuerte crisis de inseguridad; estamos lejos de contar con un sistema estatal anticorrupción funcional y efectivo; y seguimos tratando de recuperarnos de las consecuencias económicas que dejaron 2 años de pandemia.
Lo que menos necesitamos es que nuestros gobernantes se distraigan o enfoquen en luchas de poder político, poniendo en pausa los intereses de los neoleoneses que los elegimos.
Este es el momento de que todos trabajemos juntos en la atención de los graves problemas que nos afectan, así como en el crecimiento y desarrollo de Nuevo León.
Tenemos todo para salir adelante, por lo que invitamos a nuestros representantes de los distintos poderes de Gobierno a cumplir las promesas hechas cuando asumieron su cargo y trabajar, privilegiando el diálogo, para lograr consensos que abonen a la gobernabilidad del estado y su prosperidad.