Encuentro Empresarial
Monterrey, NL. 7 de noviembre de 2019.-
El día 26 de septiembre pasado celebramos el 90 aniversario de la fundación de la Confederación Patronal de la República Mexicana. El día de ayer, 6 de Noviembre, que coincide con el inicio de este Encuentro Empresarial, conmemoramos también los 90 años del primer centro patronal, el de Nuevo León. Los firmantes del acta constitutiva de este centro patronal fueron: Don Benjamín Salinas, Don Joel Rocha, Don Lorenzo H. Zambrano, Don Pablo Salas López, Don Julián E. Guerra, Don Juan C. Doria, Don Mauro Uribe, Don Carlos Touché, Don Ignacio A. Santos, Don Luis G. Sada, Don José E. Rivero, Don Roberto G. Sada y Don Rafael Pozas. La junta directiva del centro se integró con Don José E. Rivero como su primer presidente.
No todo en la historia de nuestro país han sido dificultades y crisis. Quiero mencionar en específico el tiempo en el cual la industria y el comercio de Monterrey se consolidaron y crecieron aceleradamente. Me refiero al período de 1890 a 1910, en el cual gobernaba el General Bernardo Reyes el estado de Nuevo León y el presidente de México era Don Porfirio Díaz. Se nos concedió la oportunidad de contar con una excelente relación e intereses comunes del gobierno local, del federal y de los empresarios. Fue durante esta época en que se fundaron o florecieron empresas y comercios tales como: las fábricas textiles “La Fama”, “La Leona” y “el Porvenir”, así como, “Cervecería Cuauhtémoc”, “La Fábrica de Vidrios y Cristales”, “la Fundidora de Monterrey”, “la Ladrillera Monterrey” los almacenes “Sorpresa y Primavera”, “Cementos Mexicanos”, la “embotelladora Topo Chico” y el “Banco Mercantil de Monterrey” entre otras.
Los empresarios que dirigieron este crecimiento económico lo hicieron con valentía y mucho esfuerzo, logrando generar riqueza y empleo que benefició enormemente a nuestra comunidad y a la ciudad. Hay numerosos casos en que estos hombres y sus familias, contribuyeron a hacer el bien en esta región del país. Por mencionarles solamente uno; la peor inundación en la historia de Monterrey donde el río Santa Catarina se desbordó por fuertes lluvias en Agosto de 1909. En esta fecha perdieron su vida entre 5,000 y 6,000 personas, cuando la población era de poco más de 80,000 habitantes. Los empresarios regiomontanos se organizaron y se formó una junta de beneficencia para ayudar a los damnificados y resarcir los daños de todas las personas que vivían cerca del río.
No todo en los negocios era exitoso, hubo inversiones que no fructificaron como, por ejemplo, la Fábrica de Vidrios y Cristales, la cual fue fundada en 1899 con un capital de 100,000 pesos. Sin embargo, un sinnúmero de dificultades la llevaron a su fracaso. Ese fuerte tropiezo no desanimó a los empresarios. En 1909 se volvió a iniciar la producción con la patente “Owens” para la fabricación automática de botellas con una inversión de 1,200,000 pesos de aquella época. Otro caso para mencionar en este sentido, fue el del incendio de la Fábrica textil “La Fama” en 1895. Sus socios después de haber perdido todo, volvieron a construirla y esta volvió a funcionar 3 años después.
Después de este período de bonanza comienza una época de inestabilidad y violencia en el país. El 10 de mayo de 1911, un grupo de estimables personas de la banca, la industria, el comercio y la agricultura de Nuevo León, le enviaron un telegrama a Don Porfirio Díaz, en el que expresaron lo siguiente: “En estos momentos solemnes, en que la patria atraviesa por una época de prueba, de la que tiene que sacar inmaculado su prestigio ante las naciones todas del mundo… expresamos nuestra adherencia y disponibilidad… para el evento en que la patria necesite de nuestros humildes servicios.”
En 1917, estalla la revolución comunista en Rusia, durante la primera guerra mundial y este mal se expande al grado de llegar a México, generando una amenaza más para mantener paz laboral. Las empresas en México que se mantuvieron sólidas y perduraron durante los años difíciles de la revolución, tuvieron que lidiar con este nuevo entorno.
Es en estos años donde surgen liderazgos como el de Luis G. Sada quien tuvo la visión de crear un sindicato patronal que pudiera contrarrestar lo que se veía venir. Es así como en el año 1929, funda la Coparmex.
En la actualidad, además de los diferentes retos que existen para México y la gran necesidad de resolver el problema de seguridad, es imperativo rescatar el crecimiento económico que tanto requerimos. Para lograrlo, además de una claridad de rumbo de nuestro nuevo gobierno y la confianza de empresarios e inversionistas, es indispensable contar con una educación de calidad y una estabilidad laboral.
Los empresarios estamos convencidos de que nuestros trabajadores deben tener una educación básica, técnica y profesional de excelencia. Es por esta razón que tiempo atrás se han fundado algunas universidades privadas como: el Tecnológico de Monterrey, la Universidad de Monterrey, la Universidad Autónoma de Guadalajara y el Instituto Tecnológico Autónomo de México, las cuales enriquecen en gran medida al sistema educativo.
La educación en nuestro país está atravesando por una serie de reformas estructurales que han impulsado algunos cambios positivos, pero aún podemos ver un importante rezago en diversas áreas. Es necesario implementar políticas que refuercen los logros ya obtenidos y que a la vez permitan vigilar adecuadamente el progreso del sistema para eliminar las deficiencias que se han venido arrastrando con el tiempo y la desigualdad de oportunidades educativas en nuestro país.
Con respecto a la estabilidad laboral, es de vital importancia que en nuestras empresas pequeñas, medianas y grandes, adoptemos la nueva legislación, que impacta en las relaciones entre patrones, trabajadores y sindicatos. Encontremos los aspectos positivos de las nuevas normas y busquemos corregir lo que creemos que afecta la productividad y el bienestar de nuestros trabajadores.
Hoy, como empresarios socialmente responsables y ante este nuevo entorno y nuevos paradigmas, toma mayor relevancia retomar el espíritu de aquellos empresarios de Nuevo León y de México que se anticiparon y reconocieron el valor de sus trabajadores apoyándolos con escuelas, viviendas y servicios de salud, entendiendo al trabajador como la persona con anhelos, con sueños, aspiraciones y también con temores para que juntos logremos el país que todos anhelamos. Debemos reconocer y retribuir con salarios dignos, consistentes con el esfuerzo y los resultados de la persona, para que puedan mejorar su bienestar y el de sus familias.
Estos primeros 90 años que cumplimos en Coparmex nos dan la oportunidad para renovarnos y servir mejor a los empresarios, a los trabajadores y a la Sociedad.
Muchas gracias.