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México frente a la disyuntiva: ¿más impuestos o mejor gasto?

Preámbulo

La titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT) anunció en días pasados que será en septiembre cuando se presente una “reforma fiscal”. Las autoridades federales han advertido reiteradamente que, como lo propusieron en campaña, no se crearán ni aumentarán los impuestos en términos reales.

¿Por qué entonces se habla de una reforma fiscal? ¿Sobre qué actividades o sectores se pondrá énfasis? ¿Por qué se requiere una reforma si la recaudación aumentó 8% en lo que va del año? 

La mayor inquietud es que, a pesar de la desaceleración económica que ya era patente en México antes de la pandemia y la crisis que se recrudeció posterior a ella, los ciudadanos y las empresas han cumplido con sus obligaciones fiscales, por lo tanto, en esta Señal analizamos la disyuntiva que tiene México en este tema: “¿Más impuestos o mejor gasto?” y una serie de elementos a considerar.

Riesgos que afectan el clima de negocios

Consideramos que existen diversos riesgos en el corto y mediano plazo que pueden afectar el clima de negocios y, por ende, el crecimiento del país:

  • Estabilidad política: El entorno de descalificaciones y polarización que hemos visto en los últimos años, no nos permitirá acelerar la recuperación económica y social que tanto se requiere. El sector empresarial no debe ser visto como adversario sino como aliado y la nueva composición de la Cámara de Diputados deberá hacer posible la construcción de acuerdos. 
  • Certidumbre para la Inversión: Previo a la pandemia, la inversión se encontraba deprimida ante una disminución de la confianza empresarial. Es clave fortalecer la certidumbre para generar inversiones. Hay acciones que van en sentido contrario a esta meta y a los compromisos asumidos en el TMEC; por ello una reforma fiscal debería estar pensada en fomentar la liquidez de las empresas y la inversión. 

En 2020, México salió de la lista de los 25 países más atractivos a inversión extranjera directa, publicada por AT Kearney (16 de junio 2020). La razón fue el cambio de reglas y la falta de certidumbre jurídica.   

La Inversión Fija Bruta alcanzó un máximo a mediados de 2018, se desplomó con el confinamiento y ha tenido una recuperación parcial. En marzo de 2021 subió 2.3% con respecto al mes anterior, para quedar 1.7% arriba de marzo en 2020 (primer mes de confinamiento) pero (-)15% por debajo de julio de 2018.

  • Caída en los ingresos de las familias: La pobreza laboral que se refiere al porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al valor de la canasta alimentaria, aumentó 3.8 puntos porcentuales a nivel nacional, al pasar de 35.6% a 39.4% entre el primer trimestre de 2020 y el primer trimestre 2021.

Entre los factores que explican el incremento anual de este indicador se encuentra la contracción anual de 4.8% en el ingreso laboral real y el aumento del valor monetario de la canasta alimentaria. No debe perderse de vista que 30% de las familias reportaron que al menos un miembro de su hogar perdió su empleo a consecuencia de la pandemia.

  • Inflación: México es el 4º país con la tasa más alta de inflación.  En mayo, la inflación se ubicó en 5.8%; acumula 3 meses consecutivos por encima del rango objetivo de Banxico. Preocupan las presiones en precios de alimentos y servicios, y las decisiones tomadas por el gobierno para afectar la competencia y favorecer a las Empresas Productivas del Estado que pueden generar incrementos en el precio de los combustibles y del gas.

Propuesta COPARMEX

Una reforma fiscal debe surgir del diálogo y la discusión pública. El sector público y el sector privado deben lograr acuerdos en beneficio del crecimiento y desarrollo de México. 

La solución, no son más ni mayores impuestos sino una mejor recaudación y reducción de la informalidad

  • Es muy claro que el Gobierno Federal, los gobiernos estatales y municipales requieren recursos para los servicios que les corresponde brindar. En este sentido, tenemos que ampliar la base de contribuyentes, encontrar un mecanismo que sea sencillo y amigable para los microempresarios, con cálculos muy simples para que entren a la formalidad sin mayores costos. No se requiere aumentar los impuestos, pero sí facilitar la declaración de las contribuciones.
  • Nos preocupa que, en los negocios informales, los trabajadores no cuentan con seguridad social; resulta importante que se incorporen a la formalidad. Con ello se mejora la calidad de vida y se amplía la base de contribuyentes. Hoy, el 56% de la población ocupada es informal.

Debemos gastar mejor. La austeridad es muy positiva pero cuando se ejecuta de forma imprecisa es un freno a la recuperación económica

  • La austeridad significa gastar e invertir en lo que se requiere y evitar gastos superfluos. Entendida así la austeridad es buena cuando se aplican ambas partes; en ello coincidimos con el gobierno. Pero cuando se ejecuta de forma imprecisa se puede convertir en un freno. Respaldamos la austeridad y consideramos que el país requiere que el gobierno ejerza el gasto público de forma correcta para promover la reactivación. Es momento de impulsar la inversión pública diversificada y productiva. Planteamos que la inversión pública que hoy es menor al 3% como proporción del PIB crezca en los próximos años y se enfoque a proyectos de impacto económico y social. 
  • Lamentablemente, hoy vemos una caída del (-)0.3% real en el gasto neto total en 2021 con respecto a lo aprobado el año anterior.  Esto implicó una reducción del 1% real en las aportaciones federales a estados y municipios, mismos que se han visto severamente afectados por la caída en los ingresos y que han tenido que hacer frente a la crisis sanitaria económica sin recursos extraordinarios. 
  • Si bien hubo un incremento en el gasto en inversión pública del 5.2% con respecto a 2020, preocupa que el enfoque siga siendo en proyectos no rentables del sector energético y en los proyectos emblemáticos de la administración actual. Mientras que vemos una reducción en diversos rubros del gasto, a PEMEX se le asignaron 544 mil millones de pesos. Recordemos que en 2020, PEMEX perdió 480 mil millones de pesos. 
  • Los tiempos exigen un replanteamiento de la estrategia energética actual. Requerimos incentivar proyectos de infraestructura con participación pública y privada, priorizando proyectos de energías renovables. Además, debemos de repensar a PEMEX para dotarla de viabilidad.
  • Requerimos de una inversión pública diversificada en sectores como agua, transporte, salud, educación y seguridad. Son sectores que podrían convertirse en un vehículo para detonar inversión privada. 

Conclusión  

México requiere con urgencia modernizar y flexibilizar su marco fiscal, impulsar la inversión junto con el sector privado, mejorar la inclusión financiera e impulsar la participación de las mujeres en la economía, sobre todo, fomentando de forma global la formalidad. Hay mucho qué hacer antes de pensar en más o mayores impuestos, sin duda, la convivencia de la austeridad bien ejecutada y de una mejor forma de ejercer el gasto se convertirán en una palanca para reactivar la economía y sacar adelante a millones de familias. 

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